Así es como denomino a mi proceso interno de darle con un caño a mis amigas, enemigas y gente que me rodea. Nadie se salva.
Este año me había propuesto un poco de piedad, pero no puedo.
Amigas amigas que así se puedan llamar creo que tengo dos, y tampoco ella se han salvado de la picadora.
Ni siquiera yo me salvo.
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